Esta claro que la gente, a medida que se hace mayor tiene mas dudas a la hora de realizar alguna actividad de aventura, pero también esta claro que los limites nos los ponemos nosotros y no la edad. El pasado fin de semana tuvimos la prueba clara y definitiva de esto, cuando vinieron tres generaciones unidas en un mismo tramo de río; la yaya, los hijos y los nietos.
Tenemos que decir que la yaya Consuelo, una chica de 77 años con muchisima vitalidad, no titubeó ni un segundo en el momento de entrar en el agua. Igual que Claudia, que con 5 añitos llevó el control de la embarcación, vigilando que sus padres no descansaran ni un momento.
El tramo que escogimos fue de Vinebre a Móra d'Ebre, y las previsiones eran de sol, calorcillo y mucha diversión. Por suerte o por desgracia solo acertamos con lo de la diversión, ya que el sol desapareció justo al poner el culo en el kaiak.
Tuvimos la suerte, eso si, que el río, a unos 500m3/s, nos permitió avanzar rápido, y conseguimos llegar antes que nos pillara la lluvia, que amenazaba con aparecer en cualquier momento.
Fue una jornada entretenida y relajada, a pesar del pequeño naufragio del kaiak capitaneado por Claudia, que supo conservar la calma y, a pesar que seguramente se lo hubieran merecido, no abandonó a su tripulación.
En definitiva, una jornada familiar que nos ha enseñado que la edad no tiene porque ser un obstáculo para disfrutar de cualquier actividad, y que los pequeños naufragios pueden ser divertidos, pero que son mas recomendables cuando brilla el sol...
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Tenemos que decir que la yaya Consuelo, una chica de 77 años con muchisima vitalidad, no titubeó ni un segundo en el momento de entrar en el agua. Igual que Claudia, que con 5 añitos llevó el control de la embarcación, vigilando que sus padres no descansaran ni un momento.
Tuvimos la suerte, eso si, que el río, a unos 500m3/s, nos permitió avanzar rápido, y conseguimos llegar antes que nos pillara la lluvia, que amenazaba con aparecer en cualquier momento.
Fue una jornada entretenida y relajada, a pesar del pequeño naufragio del kaiak capitaneado por Claudia, que supo conservar la calma y, a pesar que seguramente se lo hubieran merecido, no abandonó a su tripulación.
la Clàudia y su tripulación momentos después del naufragio |
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Si, fué muy divertido i lo pasamos de fabula!. Enblau sabe como hacernos disfrutar.
ResponderEliminarMuchisimas gracias por el comentario!
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